La importancia de la estabilidad financiera en la vida sexual y de pareja
- Isa Cardoze
- 4 nov 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 9 dic 2024
¿Alguna vez has sentido que el estrés por el dinero te roba la paz y hasta las ganas de estar cerca de tu pareja? Es normal. Como dice el viejo refrán: "Cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana". Y, aunque suene fuerte, la verdad es que las preocupaciones económicas afectan más de lo que creemos.

La cruda realidad de la presión financiera
No es que estemos hablando de que todo se trate de dinero, ni mucho menos. Pero, ¿qué pasa cuando se acumulan las cuentas, la deuda no deja de crecer y el fin de mes se siente como una carrera contra el tiempo? Ese estrés se filtra en todos los rincones de la relación, incluida la intimidad.
Es fácil decir "el amor lo puede todo", y aunque el amor es resistente, también necesita un entorno donde pueda respirar. Si estás tan preocupada por cómo pagar la renta que las noches se convierten en debates sobre qué gasto cortar, la chispa se apaga poquito a poquito. Y ni hablar de cómo el estrés puede hacer que empecemos a ver a nuestra pareja como un compañero de batalla en vez de alguien con quien compartir amor y placer.
Cómo el dinero afecta la forma en que nos conectamos
La presión financiera nos hace cambiar. El estrés nos vuelve más irritables, menos pacientes y, a veces, hasta un poco más distantes. Esa complicidad que antes hacía que una simple mirada encendiera la chispa, se reemplaza por suspiros de preocupación. El problema es que el estrés no solo afecta cómo nos sentimos, sino también cómo vemos a nuestra pareja. De repente, las pequeñas cosas que antes nos parecían encantadoras se vuelven motivo de irritación.
¿Cómo enfrentamos esto juntas?
Mira, esto no es un consejo mágico de "con una plática todo se arregla", porque si fuera así, ya estaríamos bailando sobre un colchón de billetes, ¿verdad? Pero lo que sí funciona, y lo digo de corazón, es recordar que tú y tu pareja están en el mismo equipo. Aquí te dejo algunos tips que me han ayudado y que también he compartido con otras parejas:
Hablen, y hablen bien: Pero ojo, no es lo mismo hablar para quejarse que para encontrar soluciones. Tómense un momento en el que puedan sentarse sin interrupciones, pongan una velita si hace falta y abran la conversación. Sin juicios, sin culpas. Cuéntale cómo te sientes y escucha cómo se siente él/ella.
Hagan un plan juntos: Puede sonar aburrido, pero ver los números en papel ayuda a saber a qué se enfrentan y a dejar de sentir que el problema es un monstruo sin cara. Siéntense a hacer un presupuesto. Pueden empezar con metas pequeñas, como ahorrar para una cena especial o reducir un gasto innecesario. La clave es que sientan que están avanzando, aunque sea un pasito a la vez.
Recuerden que no todo es material: No porque estén apretados de dinero, tienen que dejar de tener momentos lindos juntos. Un picnic en el parque, cocinar algo sencillo en casa o un baño relajante con música y velas puede hacer maravillas para reconectar.
Pidan ayuda si lo necesitan: No está mal buscar un poco de guía externa, ya sea con un asesor financiero o un terapeuta de pareja. Una perspectiva externa puede ayudarles a ver opciones que tal vez no habían considerado.
¿Y qué hay de la parte emocional?
Esto es lo más importante: el dinero es un medio, no un fin. La estabilidad económica brinda paz mental, y esa paz se refleja en cómo amamos y cómo nos permitimos ser amadas. Cuando logramos un poco de estabilidad, aunque no sea total, es más fácil dejar que el deseo fluya, reírnos sin preocupaciones y ser plenamente nosotras mismas.
Así que, amiga, si estás pasando por un momento complicado con tu pareja por temas de dinero, recuerda que no estás sola y que sí hay formas de enfrentarlo juntas. El amor es más fuerte de lo que a veces le damos crédito, y si ambos se comprometen a trabajar en equipo, verán cómo poco a poco esa puerta que se cierra por el hambre vuelve a abrirse al amor.
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