"Cómo la ansiedad afecta la sexualidad y cómo he aprendido a manejarlo"
- Isa Cardoze
- 9 sept 2024
- 3 Min. de lectura
¿Te ha pasado sentir que tu mente no se apaga? Esa sensación de estar atrapada en una espiral de pensamientos que no te deja respirar... y menos disfrutar del sexo. Quiero que sepas que te entiendo, y que no estás sola. La ansiedad llegó a mi vida de forma inesperada y, durante mucho tiempo, afectó mi relación conmigo misma y con mi pareja.
La ansiedad no solo nos roba la tranquilidad, también puede robarnos el placer.
Hoy quiero abrirte mi corazón y contarte cómo he aprendido a manejarla para no dejar que interfiera más en mi sexualidad.
Cuando la ansiedad se mete en la cama
La ansiedad es esa vocecita molesta que aparece cuando menos la esperas. A veces, llega justo en el momento en que deberíamos estar disfrutando de un encuentro íntimo. En lugar de sentirte relajada, te sientes tensa, desconectada, y tu cuerpo simplemente no responde como quisieras. Sé que puede ser frustrante y doloroso, pero quiero decirte que es completamente normal y que tiene solución.
En mi caso, hubo épocas en las que mi mente no podía dejar de preocuparse por todo, desde los pendientes del trabajo hasta si estaba haciendo "todo bien" en la cama. Mi cuerpo estaba presente, pero mi mente estaba en mil lugares a la vez. Y eso, querida amiga, afecta todo. Te deja sintiéndote desconectada, poco deseada, o incluso dudando de ti misma.
Lo que he aprendido para manejar la ansiedad y disfrutar del sexo de nuevo
Aprender a manejar la ansiedad no es un camino fácil ni rápido, pero te prometo que vale la pena. Aquí te comparto algunas cosas que me han ayudado a reconectar con mi cuerpo y mi sexualidad:
Volver al presente con la respiración: No sabes cuánto me ha ayudado aprender a respirar conscientemente. Cada vez que siento que mi mente empieza a correr a mil por hora, me enfoco en mi respiración. Inhalo profundamente, exhalo lentamente, y me repito a mí misma: "Estoy aquí, estoy segura". Este pequeño truco me ayuda a traer mi mente de vuelta al momento presente.
Hablar sin miedo: Confieso que hablar sobre mi ansiedad con mi pareja me daba un poco de pena al principio. Pero entendí que si no compartía lo que sentía, él no podría comprenderme. Así que decidí abrirme sin miedo, expresar lo que necesitaba y ser honesta sobre mis sentimientos. Este tipo de conversaciones, aunque vulnerables, han hecho que nuestra conexión sea mucho más fuerte.
Buscar placer más allá del sexo: Me di cuenta de que mi concepto de placer estaba muy limitado. Así que comencé a disfrutar de pequeños placeres: un baño caliente, acariciar mi piel con aceites, poner música que me haga sentir viva. Todo eso es parte de reconectar con mi sensualidad.
¡Porque el placer no solo viene del sexo, sino de todos los momentos en los que te sientes bien contigo misma!
Aceptar que tengo días buenos y no tan buenos: La ansiedad no se va de un día para otro. Hay días en los que todo fluye, y otros en los que me siento más ansiosa. Aprendí a ser compasiva conmigo misma, a no juzgarme y a entender que está bien sentirme así. Me permito sentirlo todo, sin culparme ni forzarme.
Terapia, siempre una buena opción: Buscar ayuda profesional ha sido un paso clave. La terapia me ha dado herramientas para conocerme mejor y entender de dónde viene mi ansiedad. Me ha permitido explorar mis miedos y transformarlos en algo más manejable.
Un viaje hacia la autocompasión y el autoconocimiento
Quiero que sepas que aprender a manejar la ansiedad es un viaje hacia la autocompasión.
Sé amable contigo misma. Deja de luchar contra lo que sientes y, en su lugar, trata de entenderlo.
Tu sexualidad es una parte maravillosa de ti, y merece ser vivida plenamente, con todos sus matices.
¿Has sentido que la ansiedad ha afectado tu vida sexual?
Me encantaría saber tu experiencia. ¿Cómo te sientes con respecto a lo que te he compartido hoy?
¡Déjame tus comentarios y sigamos esta conversación!
Las TQM!
Isa...

Comentarios