¿Porqué hablar de sexo?
- Isa Cardoze
- 2 oct 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 25 mar 2024
Todos venimos del sexo, sin embargo sigue pareciendo algo místico y desconocido, malo, prohibido.
Desde el pudor de los cuerpos, el desarrollo de la identidad, conectar con la posibilidad de placer y disfrute, nos son negados e impuestos a conveniencia de los demás y no de nuestras preguntas o necesidades.
Todos venimos del sexo, pero si no te gusta, eres puto o lencha o frígida o estas jodid@, y si te gusta, eres una golfa, arrastrada, puta, cualquiera, fácil, en caso de ser “ella”, porque si eres “él”, contrariamente, debes cogerte al pueblo entero, aunque si te gustan cosas que a los demás no, eres un enfermo, rarito o pervertido, y como sea, no hay cabida para ninguno en esta sociedad.
Todos venimos del sexo pero para muchas es más una obligación que un placer, es preguntarse constantemente porque no pueden sentir lo que las otras, o porque no “funcionan” como deberían.
Todos venimos del sexo, pero muchos viven preocupados por no ser suficiente, en tamaño, en rendimiento, en conocimiento para “hacerlas llegar”.
Todos venimos del sexo pero estamos constantemente preocupados de no encajar en un estándar de belleza absurdo e inalcanzable, de querer crecer para estar en la edad de “coger”, pero no crecer tanto porque “ya no voy a gustar”, de verme varonil o femenina, de cumplir expectativas de otros.
Todos venimos del sexo, pero nos hemos sentido juzgados cuando hablamos de las cosas que nos gustan o las que no, cuando hablamos de lo que nos preocupa o nos genera dudas, cuando preguntamos sobre nuestro propio cuerpo.
Todos venimos del sexo y hasta hoy, parece que nos da vergüenza.
Siempre he disfrutado los encuentros con mi propia sexualidad, con el paso del tiempo me he dado cuenta que el sexo es una herramienta de autoconocimiento.
Por eso hay que hablar de sexo, porque es necesario, porque vivimos llenos de dudas que no se pueden preguntar, de sensaciones y sentimientos que tenemos que reprimir, porque nos dicen que vamos a sangrar de por vida y que duele, pero que debe ser así, porque tenemos que hacer las paces con nuestra sexualidad, porque la idea es que cada quien disfrute de ser quien es, en su propio cuerpo, que podamos descubrirnos y reconstruirnos en cada encuentro intimo, a solas o acompañados, que podamos hablar de nuestras necesidades.
Porque disfrutar nuestra sexualidad implica disfrutar el cuerpo que habitamos, porque es una forma intima de saber quienes somos en lo más primitivo, instintivo y privado de nuestra persona, porque parece que nos tenemos mas miedo que gozo y nadie, nunca, debería tener miedo por sentir placer.

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